lunes, 6 de julio de 2009

Qué hacemos con la comunicación?


Las palabras que dirigimos a los estudiantes nos indican lo que estamos comunicado, una actitud de escucha, de ignorancia, de interes, de atención, entre otras, cada uno le da la prioridad que merece, cuando esto ocurre, inmediantamente nos damos cuenta los canales que usamos, los validamos o los desechamos, otras veces nos quedamos con el mensaje y hasta que lo procesamos lo damos por cierto, pues ¿a quién no le ocurrido que unos minutos después, o incluso horas y días le encuentra sentido a lo que nos digeron?. Incluso de manera involuntaria nos gana la risa o nos enfadamos. ¿Por qué ocurre esto?, ¿Qué pasa con nuestra interpretación?, pudiera citar muchas preguntas, pero no viene al caso, por el momento pues cuando uno se comunica, no siempre esperamos una respuesta inmediata, se necesitan de otros factores externos que le den el contexto suficiente a las palabras que empleamos en nuestros dialogos. Las mejores ideas plasmadas en los grandes libros, las discusiones trascendentales que hemos tenido en nuestras vidas, sin duda habran tenido algo paradógico, el silencio. Acaso no les ocurrido que ante el regaño o la discrepancia de los padres con nuestros ideales o convenencias, de la pareja o la novia, o de los propios familiares es preferible el silencio que la discusión vana? algunos le llaman prudencia, otros le llaman tonterias y otros más le dicen de otra forma, la que quieran.
En la vida del estudiante, como en la de cualquier persona, hay ocasiones que ante el descontento de su compañero o de su profesor es preferible guardar silencio, quedarse callado mostrando respeto por el sentimiento negativo que siente el otro, pienso que acompañado de una palmada en la espalda cargada de complicidad y de afecto, nuestan una actitud de disponibilidad al diálogo y de responsabilidad. ¿qué opinan?

miércoles, 17 de junio de 2009

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Sin duda que hay conductas que ha simple vista se pueden evaluar, pero hay que ser un buen conocedor de las conductas anteriores, para poder dar una interpretación acerca de si se dan o no, o, con qué profundidad los procesos de aprendizaje de un sujeto, más aún de un grupo escolar, amén de auxiliarse indefectiblemente de los procesos de evaluación, para saber si las metas, objetivos o resultados se han logrado o alcanzado. Para que un estudiante construya su conocimiento se requiere disposición y un espacio en donde tenga la oportunidad de desarrollar sus actividades. La información que recibimos de nuestro entorno educativo, familiar, social y cultural, es por lo general no apreciada, hasta que ésta nos es de utilidad o modifica nuestras estructuras de pensamiento.

Los procesos cognitivos inherentes a la naturaleza humana maduran de manera ordenada en el desarrollo del ser, las experiencias pueden acelerar o retardar el momento que estos hagan su aparición o bien logren consolidarse, llevando finalmente al complejo proceso denominado Aprendizaje.

Sin embargo, la clave que convierte a la educación en algo más que un producto mecanizado ideado para obtener beneficios económicos o materiales, cuando se logra introducir en el educando el sentido socio-ético, teórico-reflexivo, así como un análisis reflexivo de su praxis, cualquiera que esta sea, dejará de existir una crisis de valores y una devastación ambiental, porque el ser humano habrá comprendido que es parte de un todo, que es el mundo…el universo; y que, si no lo cuidamos, y nos ocupamos de cosas más trascendentes, llegará el tiempo, en que, por más dinero o recursos materiales que se posean todo será inútil, pues en mayor o menor medida, habrémos contribuido primero a la decadencia y luego a la extinción de nuestra especie.

La respuesta a la preguntaoriginal, definitivamente es no.

martes, 16 de junio de 2009

¿Qué concepciones de aprendizaje nos parecen congruentes con el enfoque por competencias y por qué?


Por desgracia casi siempre pensamos que los procesos de aprendizaje son las actividades que realizan los estudiantes para conseguir objetivos educativos que pretende algún curso, pero en la vida cotidiana no es así, aprendemos desde algo chusco, hasta algo formal, cuando digo chusco me refiero a las anécdotas de los compañeros, de los acontecimientos de la familia, personales, etc. Y cuando digo formales, en ocasiones el docente explica tan claramente que jamás se nos olvida.

El enfoque por competencias se plantea como una alternativa para el diseño curricular y para el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje en la que se privilegia el desarrollo del pensamiento para poder expresar las ideas con mayor claridad y principalmente trabajar de manera colaborativa, se considera el desarrollo de actitudes que les permitirán a los jóvenes comprender el mundo e influir en él, pues se transfieren las situaciones de la vida real a la resolución de planteamiento de problemas, y esta actividad se lleva a cabo con la elaboración de las secuencias de aprendizaje, en este sentido, los profesores son facilitadores para lograr aprendizajes significativos en los alumnos.

Desde esta perspectiva, es difícil tomar, precisar, detectar e insertar con precisión quirúrgica los elementos pertenecientes de cada corriente, para decidir qué encaja en el constructivismo o en el aprendizaje por competencias, y para salir bien librado diré que, todo aprendizaje y toda enseñanza del grueso de los actores educativos es, eminentemente ecléctica, pues las corrientes educativas son como los medicamentos, algunos le sientan bien a alguien, a otro no le hacen nada y a otro más pueden matarlo; en cuanto a aprendizaje ocurre otro tanto, las cosas dependen del estilo de enseñanza del profesor, del contexto, de qué tan bien maneje tal o cual método de enseñanza, de su empatía con el grupo o con algún alumno en particular, de la receptividad del alumno, de su estilo de aprendizaje, de los saberes que ya poseía con anterioridad, de la alimentación, de los gustos y afinidades con el área de estudio, incluso de algunas predisposiciones genéticas …

En concreto: todas las concepciones de aprendizaje, antiguas o recientes, tienen su fracción pequeña o grande de congruencia con el enfoque por competencias. Corresponde a cada uno de nosotros como protagonistas activos, del quehacer docente, abundar en tal enfoque, para conseguir el máximo rendimiento y beneficio de y para el alumnado a nuestro cargo, logrando con ello alcanzar el desarrollo integral de cada individuo, en pro de sí mismo, de la sociedad y de su entorno.

miércoles, 20 de mayo de 2009

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA


Al iniciar cada día de trabajo, debo poner mi mejor esfuerzo para afrontar las situaciones que se presentan con los estudiantes, y que están en mis manos; hay como todos lo sabemos cosas muy sencillas, pero hay otras que escapan de mis posibilidades, aún así un consejo, o simplemente el escucharlos, les ayuda a organizar sus ideas y hace que ellos mismos encuentren soluciones viables, pienso que lo peor que los adultos podemos hacer con los jóvenes, es resolver sus problemas, más bien creo que debemos estimularlos para que ellos aprendan a tomar sus propias decisiones y soluciones, pues ello les hará madurar, y a la larga enfrentar problemas importantes que deban resolver en sus trabajos, o mejor aún en sus vidas; hay pequeñas cosas que alegran el día quizá el chiste que me van a contar, la expresión de sus caras, o las inimaginables ocurrencias que tienen los jóvenes.
Conforme pasa el tiempo me percato si tienen ánimos o no para continuar la sesión. Jamás les digo alumnos, porque el significado etimológico de esta palabra me disgusta (sin inteligencia); les digo “estudiantes”, “hijos de Dios”, “jóvenes” o los llamo por su nombre, trato de que mi relación con ellos sea cordial, y creo que estas palabras y actitudes me han permitido romper las barreras de comunicación docente - estudiante. Así, en un ambiente más grato, el tiempo pasa y generalmente casi siempre cumplo el objetivo de la clase.
Para mí, es importante que un estudiante se sienta a gusto con el profesor, pues ello facilita el acercamiento que permite que el joven se sienta en confianza para preguntar, y eso es valiosísimo para que uno sepa que está haciendo mal o bien, es una forma muy eficaz para mejorar continuamente nuestra labor educativa, creo que hasta ahora la confianza no se ha confundido con la falta de respeto o el abuso de confianza, aunque debo decirles que en más de una ocasión se han querido ir por ese lado y es a veces complicado marcar ciertos límites sin ser impositivo.

MI AVENTURA DE SER DOCENTE

Les comparto una experiencia de clase de etimologías.

Cuando estudiamos el origen de las palabras, concretamente sobre el sonido yod, me gusta primero que lleven una lista de 10 palabras que desconozcan y 5 que conozcan, para saber su origen etimológico. Por mi parte, llevo en copias las reglas que han dado origen a las palabras en castellano (10 juegos).

Después les explico cuantas palabras sean necesarias aplicando las reglas, por ejemplo: el grupo ct originó la ch, después buscamos una palabra que en español lleve ch como puede ser noche, ocho, derecho, etc. Acto seguido buscamos en el diccionario etimológico la palabra y encontramos nocte, octo, directum que es su raíz y así sucesivamente.

Una vez, que han comprendido como hacerlo, los organizo en equipos de 5 y 6 personas con sus palabras y ellos las buscan. Es una actividad divertida y se ríen, cuando descubren el significado y/o el origen de las palabras.

Finalmente, les dejo una lista de 10 palabras técnicas de medicina o términos de otras asignaturas como biología, química o derecho para que las averigüen por su cuenta, y de esta forma; mediante analogías y mediante un análisis comparativo, ellos entienden cuál es la importancia de las etimologías, y comprenden que el griego y el latín son lenguas “medio vivas”, que siguen teniendo una cierta importancia para un buen manejo del idioma.

martes, 19 de mayo de 2009

Los saberes de mis estudiantes



Cada día es más común escuchar dentro de las aulas frases que en ocasiones resultan desconocidas para algunos docentes, es más a veces hasta dudamos de la existencia de dichos términos, y es que muchos jóvenes asisten a cibers de casi cualquier comunidad para hacer la tarea, chatear, bajar música o ver pornografía o bien para buscar algún tema de interés para ellos.
Pero… ¿por qué buscan?, ¿cómo lo buscan?, ¿qué procedimientos siguen?, en fin, podríamos elaborar una gran lista de preguntas para conocer más sobre el uso del Internet, preguntas que necesariamente nos llevan a cuestionar el papel del docente y de todo el aparato educativo en razón de su función y sus propios planteamientos didácticos, pues llega a ocurrir que cuando se les deja una tarea de consulta llegan con una cantidad de hojas que a veces ni han leído, “al fin que el maestro califica por kilo”; o bien la idea es impresionarlo para que vea que sí trabajaron. Y tienen razón. Porque sencillamente hicieron lo que se les pidió.
Sin embargo, los docentes podemos aprovechar estas ventajas, si tan sólo fuésemos más puntuales al explicar qué es lo que pretendemos lograr al pedir tal o cual tarea, y su correspondiente consulta a Internet, es decir desafortunada e ilógicamente, la comunicación se pierde y por eso todos se pierden, incluso el profesor.

Me pareció interesante por ejemplo lo de las webquest, trate de hacerlo, no lo pude publicar, pero, algún día lo haré, no obstante realicé el procedimiento que sugerían y el resultado fue excelente, además, los jóvenes se mostraron interesados, lo hice con un tema sobre la personalidad. Sí funciona, ¡créanlo!. El problema quizá de momento sea el factor tiempo, pues hay que dedicarle bastante para que los estudiantes no divaguen y puedan lograr lo que se pretende. Es decir, si el docente sabe lo que quiere y especifica los parámetros de evaluación, los estudiantes no se perderán en el mar de información que representa la Internet, los resultados de investigación pueden ser positivos, claro que hay muchas desventajas cuando el docente no conoce esta herramienta. Por ejemplo, trabajo en la ciudad de Toluca y por increíble que parezca cerca del 50% de los docentes que laboran conmigo, no se atreven siquiera a tocar una máquina, por lo que sea, pero no lo hacen, pese a que se han implementado cursos, (a los que no asisten, por no ser obligatorios), no les interesa, son apáticos, lo que representa un problema serio. Seamos optimistas, y los que sabemos un poco, debemos predicar con el ejemplo, pues tenemos una responsabilidad social y ética importante como promotores del saber.
Durante el semestre pasado, se creó un blog institucional, en el cual se solicitaba a los estudiantes, su participación, lo que se fomentó, a través de comentarios en el aula acerca de lo ahí tratado, sin embargo, esto no fue fácil, pues ellos son sumamente apáticos a algunas cuestiones escolares, tal situación, me ha llevado a ir mejorando mi trabajo día a día, realizando agregados que lo hagan más interesante para ellos (que pueden hacer comentarios, que tenga música, que se pueda consultar el periódico, que tenga reloj, etc,) que si bien no es algo espectacular, sí va ganando la atención de más estudiantes.
De los comentarios que ellos realizan, y de el número de veces que entran en la página, es posible recoger evidencias acerca de si se están cubriendo y alcanzando los objetivos que se plantean, por ejemplo, es posible hablar de la práctica para redactar, que entre otras cosas favorece el razonamiento, ordenación y definición de las ideas. Por otro lado, una de las mejores formas para intercambiar ideas es la transmisión oral, por lo que al hacer el sitio más interesante para ellos, los que entren, lo recomendarán a otros, y todos podrán leer lo que los demás escriben y así tener una opinión distinta a la propia.
Saludos.