¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Sin duda que hay conductas que ha simple vista se pueden evaluar, pero hay que ser un buen conocedor de las conductas anteriores, para poder dar una interpretación acerca de si se dan o no, o, con qué profundidad los procesos de aprendizaje de un sujeto, más aún de un grupo escolar, amén de auxiliarse indefectiblemente de los procesos de evaluación, para saber si las metas, objetivos o resultados se han logrado o alcanzado. Para que un estudiante construya su conocimiento se requiere disposición y un espacio en donde tenga la oportunidad de desarrollar sus actividades. La información que recibimos de nuestro entorno educativo, familiar, social y cultural, es por lo general no apreciada, hasta que ésta nos es de utilidad o modifica nuestras estructuras de pensamiento.
Los procesos cognitivos inherentes a la naturaleza humana maduran de manera ordenada en el desarrollo del ser, las experiencias pueden acelerar o retardar el momento que estos hagan su aparición o bien logren consolidarse, llevando finalmente al complejo proceso denominado Aprendizaje.
Sin embargo, la clave que convierte a la educación en algo más que un producto mecanizado ideado para obtener beneficios económicos o materiales, cuando se logra introducir en el educando el sentido socio-ético, teórico-reflexivo, así como un análisis reflexivo de su praxis, cualquiera que esta sea, dejará de existir una crisis de valores y una devastación ambiental, porque el ser humano habrá comprendido que es parte de un todo, que es el mundo…el universo; y que, si no lo cuidamos, y nos ocupamos de cosas más trascendentes, llegará el tiempo, en que, por más dinero o recursos materiales que se posean todo será inútil, pues en mayor o menor medida, habrémos contribuido primero a la decadencia y luego a la extinción de nuestra especie.
La respuesta a la preguntaoriginal, definitivamente es no.